CIENCIA, TECNOLOGÍA Y DERECHOS HUMANOS
Un
enfoque de derechos humanos en la ciencia, la tecnología y el desarrollo busca
llamar la atención sobre la forma en la que la comunidad internacional se
relaciona con los desafíos globales urgentes. El concepto ingresó en el léxico
de la ONU en 1997, con el pedido de Kofi Annan de que los derechos humanos se
integraran a los mandatos, la gestión y las metodologías para el desarrollo y
la cooperación internacional de las Naciones Unidas.
El
Programa para el Desarrollo de la ONU caracteriza este enfoque como uno que
"conduce a resultados mejores y más sustentables mediante el análisis y el
abordaje de las desigualdades, las prácticas discriminatorias y las relaciones
injustas de poder que a menudo están en el corazón de los problemas del
desarrollo. Pone a los derechos humanos internacionales y a los reclamos de la
gente (los sujetos de derechos) y a las correspondientes obligaciones del
estado (las entidades responsables) en el centro del debate sobre el desarrollo
nacional, y clarifica la finalidad del desarrollo de capacidades". Sin
embargo, no hay una definición universalmente aceptada de enfoques basados en
derechos humanos.
Esto
no significa necesariamente que el concepto carece de foco o de sustancia. Al
contrario, brinda un marco para confrontar cuestiones mundiales importantes
—desde sesgos de género hasta seguridad de los alimentos y del agua, hasta el
mal uso de la ciencia y la tecnología— basados en una serie de principios,
desarrollados a través del consenso internacional, que aclara la relación entre
"sujetos de derechos" y "entidades responsables".
Muchos
expertos en política internacional argumentan que los enfoques basados en
derechos humanos ayudan a re-orientar a las ONG y al sistema de Naciones Unidas
más allá de la filantropía profesionalizada, y hacia la construcción de
capacidad; que estos derechos prometen intervenciones sostenibles y reducen la
dependencia de la ayuda; y que colaboran al redefinir las responsabilidades de
las autoridades gubernamentales, los actores locales, las ONG y el sistema de
la ONU.
Para
la ciencia y la tecnología, el enfoque requiere que los científicos vayan más
allá de saber cómo se relaciona su trabajo con los derechos humanos, y exige
que se esfuercen para asegurar y afirmar estos derechos a través del
conocimiento que producen. Por ejemplo, un enfoque a los estudios virales
basado en derechos humanos —sobre la creación potencial de un marco ético que
guíe la investigación a medida que evoluciona— no solo ampliaría las fronteras
de la medicina y buscaría beneficios médicos, sino que prevendría activamente
sobre el potencial de crear nuevas armas biológicas. La cuestión es si esto es
responsabilidad de los virólogos (por ejemplo, contribuyendo a debates de doble
uso) o de la comunidad científica en general.
Una
perspectiva de derechos humanos también establece que el acceso a la
información científica es un derecho humano de la Declaración Universal sobre
la Derechos Humanos, Ver Recuadro Esto implica que los beneficios del progreso
científico deberían ser compartidos abiertamente, libre de restricciones de
grupos sociales, entidades corporativas o estados. Sobre todo, un enfoque de la
ciencia basado en los derechos busca crear las condiciones para la
participación igualitaria de la comunidad de la ciencia mundial y el acceso
equitativo a la información y a los bienes científicos.
En
líneas generales, un enfoque basado en derechos humanos reconoce que la ciencia
es una actividad humana socialmente organizada que está cargada de valores y
armada por estructuras y procedimientos organizacionales. Se preguntan cómo los
gobiernos y otras partes interesadas pueden crear e implementar políticas para
garantizar la seguridad, la salud y el sustento; para incluir las necesidades
de las personas y las prioridades de desarrollo y estrategias ambientales; y
para asegurar que participen en la toma de decisiones que afectan sus vidas y
recursos.
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