IDENTIDAD
La
identidad también es la conciencia que una persona tiene respecto de sí misma y
que la convierte en alguien distinto a los demás. Aunque muchos de los rasgos
que forman la identidad son hereditarios o innatos, el entorno ejerce una gran
influencia en la conformación de la especificidad de cada sujeto; por esta
razón tienen validez expresiones tales como “estoy buscando mi propia
identidad”.
En
este sentido, la idea de identidad se asociada con algo propio, una realidad
interior que puede quedar oculta tras actitudes o comportamientos que, en
realidad, no tienen relación con la persona: “Sentí que había perdido mi
identidad; comencé a aceptar trabajos que no me gustaban y con los que no tenía
nada en común”.
El
concepto de identidad sexual hace referencia a la visión que cada persona tiene
de su propia sexualidad, lo cual resulta determinante a la hora de relacionarse
con el resto de la sociedad. La noción vincula la dimensión biológica del ser
humano con el aspecto cultural y la libertad de elección.
La
identidad pertenece al grupo de conceptos que suelen generar controversia
cuando se mezclan con la religión o la política, dado que puede entenderse de
dos formas muy definidas y opuestas, una relacionada con la libertad y la
autenticidad, y la otra, con la asunción de un rol social determinado por
mayores. La primera hace alusión a esa búsqueda que se menciona en párrafos
anteriores, y parte de aceptar que la identidad se forma, se moldea, se
enriquece.
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